Hola mamá, te escribo esta carta con tranquilidad y resignación, fue muy dura tu partida y la de Alfredo. No te puedo negar que hay algunos días que estas muy presente pues aun vivo en tu casa, sera hasta que se logre vender.
Mi tranquilidad llego el día que me viniste a visitar en mis sueños, te vi joven, maquillada, bien vestida y con una gran sonrisa, me enviaste un gran abrazo de esos que nunca me diste, me conmovió tu calidez.
En el año 2020 tuvimos que volver a vivir juntas producto del confinamiento pues debía cuidarte, amabas tu soledad y disfrutabas de tu casa, sentías que te invadía y yo a su vez me sentía culpable de no estar con Alfredo acompañándolo en su enfermedad.
En un principio discutíamos casi todos los días, eramos dos extrañas que después de treinta años volvíamos a compartir cada día. Me tuve que preparar pues sentía que pronto ibas a partir, tuve mucho miedo y me sentí muy sola.
El día que te lleve al hospital sentí que tal ves había llegado el momento de tu partida, te trasladaron a una Clínica y lo único que le pedí a Dios y a los médicos que no sufrieras, te fuiste en tus sueños... solo te puedo decir TE QUIERO MUCHO, TE MANDO UN GRAN BESO Al CIELO.
2 comentarios:
Emotivas palabras, a una buena madre siempre se le recuerda.
Besos dulces con cariño y dulce fin de semana.
Hola, a veces parece un sueño lo que sucedió, fueron muchas cosas en tres años, nadie esta preparado para vivir la enfermedad y la perdida, solo deseo que se venda luego la casa para poder retomar el control de mi vida y estar con mi familia.
Gracias por estar presente, que tengas una buena semana.
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