domingo, 6 de mayo de 2018

Conversando con mamá


Éramos una familia muy pequeña, mis padres y dos hijas. Hoy vivimos mi madre y yo en Santiago y mi hermana hace treinta años en Canadá. Soy la mayor, regalona de mi padre, con mi mamá he tenido momentos buenos y otros mejor olvidar. Me costo mucho entender su forma de ser, somos tan diferentes, quizás sea la dura vida que le toco vivir. En un tiempo llegue a pensar que era mejor no hablar más con ella y olvidarme que tenía una madre, pensaba que era lo mejor para ambas, nos hacíamos daño pues ante cualquier ataque yo reaccionaba y todo terminaba en lo mismo, fueron años.
Pero, hace alguno tiempo tuve una depresión, para superarla me realice una psicoterapia, donde tocamos distintos temas y llegamos al conflicto que tenia con mi mamá. Una vez que termino el proceso, tenia claro que si o si debía tomar una decisión por el bien de las dos, sin yo decir nada mi madre se dio cuenta que algo había cambiado. Comencé a notar también un cambio en ella, cuando llegábamos a un conflicto, ambos tomábamos posiciones conciliatorias y no perdíamos el tiempo discutiendo, desde ese momento ha sido muy grato compartir.
Cuando la visito conversamos como grandes amigas, eso no quiere decir que no tengamos diferencias, pero tratamos de superarlas. Hay días que yo hablo de todo y ella me escucha y otras lo hace ella, tiene cada historia, algunas alegres y otras que me provocan llorar.
Ayer hablamos del reproche, me contaba la historia que ella tuvo con su madre, del abandono que ella hizo con sus dos hijos mayores, de como ella sufrió siendo niña y de que muchas veces necesito del amor y la protección de ella. Pero a pesar de todo mi madre se siente afortunada por que estuvo rodeada de personas en que cierto modo la cuidaron y evitaron que ella viviera malas experiencias, claro que tuvo un costo, pues desde los 8 años fue empleada haciendo labores que no eran de una niña.
Después de muchos años fue en busca de su madre, una mujer ya anciana, cuando mi madre la vio no pudo hablar, la emoción de verla no le dio cabida a los reproches y a la búsqueda de respuesta, sintió que solo tenia que disfrutarla, sin embargo cuando llego la hora de la despedida aquella anciana se arrodillo ante mi madre y le pidió perdón, le agradeció la bondad con la cual la trato. Mi madre dice que solo le dio un gran abrazo que duro un largo tiempo, sintió que cada parte de su cuerpo se reconciliaba con ella y con su madre.
Ahora solo espero tener tiempo para seguir escuchando a mi madre y disfrutar de sus historias y vivencias, ella hoy tiene 85 años. Doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad desde hace trece años de reencontrarnos como madre he hija.

2 comentarios:

DUlCE dijo...

Los padres tampoco son personas perfectas y hay que entenderlo y aceptarlos como son, porque cuando llegan a esa edad avanzada y uno es mayor, se siente que cada día es un día menos para tenerlos cerca.

Un beso dulce y dulce semana.

Vivian Angélica dijo...

Hola¡Sabes creo que Dios me dio la oportunidad de conversar, ella esta lucida y eso me permite conocer mas de su vida, tiene muchas vivencias.
Gracias por leerme y tus acertados comentarios, saludos a la distancia.