Siempre
comparto mensajes que tienen sentido para mi, muy pocas veces he compartido
vivencias. Hace días
que le doy vuelta al tema, necesito compartirlo pues siento que muchos
padres quizás están viviendo algo muy parecido a lo que me sucedió y que aun
tengo presente.
Cuando
era joven estaba de moda consumir marihuana, mi hermana menor comenzó a los quince años, para mis padres fue muy dramático
porque era algo que no manejaban y menos yo. A veces compartía con amigos que lo hacían y
encontraba muy extraño su forma de actuar en algunos instantes, jamás he
consumido ninguna tipo droga porque no tengo interés en hacerlo y estoy en
desacuerdo en que se liberen, pues he vivido y he sido testigo el daño que causan
en quienes las consumen y en sus familias.
“Era
el año 2013 y mi único hijo (con 21 años) había comenzado a estudiar en un Instituto de
prestigio una carrera técnica, también trabajaba. Con el paso de los meses me
fui dando cuenta que comenzó a cambiar, estaba nervioso casi no compartía con
nosotros, ya no ahorraba y como yo le tenia el dinero guardado siempre me lo pedía,
los fines de semana salía y apagaba el celular. Comencé a intuir que algo
pasaba, compartía esa angustia con mi marido pero él me decía “son cosas tuyas”
son tus “miedos”. Pero sentía en mi interior que algo pasaba y quería saber que
era, comenzaron las mentiras, perdida de dinero, veía que no tenia interés en
estudiar, andaba irritable ya no sonreía, se alteraba muy fácilmente y no
miraba de frente, no conocía a sus nuevos amigos.
A veces dudaba de
mi intuición y sentía que tal vez estaba actuando de una manera irracional,
comenzaron las peleas, los gritos, no quería mencionar la palabra que me
rondaba “droga”, me hizo revivir lo que paso mi madre, hable con mi hermana que
vive en otro país y fue quien abrió los ojos ante un tema que no sabia como
enfrentar, pues no tenia pruebas tangibles. Hasta que llego un sábado
cualquiera en que mi hijo tuvo que ir a estudiar, encontré sobre su cama un
papel envuelto con algo blanco, parecido al talco, sin olor, me invadió un gran miedo, mucho dolor, rabia y una tremenda
angustia, encontré lo que jamás pensé que iba a encontrar, siempre habíamos
conversado del tema y del daño que causaba, pero ahí estaba la prueba de mi intuición.
Los especialistas
siempre dicen “ellos deben admitir que la consumen y pedir ayuda”, se me
hicieron eternas las horas, pero ahí estaba, con su mejor sonrisa como que nada pasaba, yo tenia unas ganas
de pegarle, gritar e insultarlo, pero mantuve la calma y lo enfrentamos con mi
marido, el jamás pensó que teníamos la prueba y que era irrefutable, se
derrumbo y luego de hablar, logre que admitiera que necesitaba de nuestra
ayuda.
Caramba logramos
algo, pero que hacemos ahora, no tenemos recursos extras, la ayuda estatal es básica,
los monitores son personas que salieron de la droga, los instituciones privadas
cobran muy caro y hay listas de esperas, sentía que tenia poco tiempo antes que
él se arrepintiera. Mi hermana me hablo de la “hipnosis”, en pocas horas y días
leí muchos artículos sobre el tema, ingrese a foros a leer vivencias,
nuevamente tenía esa sensación y la esperanza que algo bueno iba a encontrar.
Algunos
especialistas habían tenido logros pero en gente alcohólica, personas con
problema de obesidad, no aseguraban un total éxito y tampoco el tiempo que tomaría.
Pero como siempre digo “Dios a veces hace milagros”, encontré a una persona en la Web, llame pero había un buzón
de voz que indicaba que dejara mis datos y que el devolvería la llamada.
Ese día lunes
llegamos como a las 18:00, a su consulta lo primero que nos dijo era que necesitaba
un compromiso por parte de mi hijo, de asistir a las charlas que dan en los
drogadictos y alcohólicos anónimos, debíamos llevar la llave que ellos entregan
pues mi hijo tenia que conocer otras vivencias y de como habían logrado superar la
dependencia a las drogas. Eran las 21:00 horas y mi hijo recién salía de la consulta, llena
de curiosidad le pregunte que había pasado y me dijo: “mama nunca he llorado
tanto en mi vida”, no quise invadirlo, me dijo que dentro de 15 días debía
volver y no olvidar de asistir a los
grupos de apoyo. Asistimos a la segunda consulta que duro menos tiempo y en la
tercera que seria la ultima, ingreso a la consulta y luego de unos minutos me llamaron
para que pasara, mi hijo procedió a decirme como fue el comienzo, las primeras
dosis se las regalaron porque llegaba muy cansado del trabajo a estudiar y le decían
que eso le iba a ayudar, acepto pues pensó que lo manejaría, cada vez que consumía
sentía que despertaba y no se sentía cansado, luego venia la angustia. Contó de
las salidas con los amigos que también consumían, compañeros de curso y de
trabajo, del submundo que se mueve en torno a la droga, de como, cuando, cuanto
y porque se drogaba, me sentí impactada con lo que me contaba y solo atine a
escucharlo, sin pronunciar ninguna palabra, sin juzgarlo.
El especialista me
indico que mi hijo comenzó por algo puntual pero que en el fondo lo hacia para
ser aceptado por el grupo y porque muchos lo hacían, que debía aprender a
controlar la angustia y la necesidad de consumir, que tal vez habrían recaídas
que son partes de su rehabilitación, que yo debía seguir administrando el
dinero, las amistades y recurrir a su ayuda si notaba que mi hijo volvía a
consumir, nos contó de muchos casos que el había atendido y que algunos habían
sido un fracaso, sin embargo otros un comienzo de algo mejor.
Han pasado cinco años
y tengo claro cuales fueron sus recaídas, no puedo mentir que aun tengo miedo, pero
llegara el momento que solo será un mal recuerdo. En lo personal siento que a mi
hijo lo ayudo la hipnosis, lo hizo aceptar que tenía un
problema de dependencia, que debía enfrentar sus angustias y temores.
He visto lo que hace
la droga en muchos jóvenes y personas mayores, como la dependencia los hace perder
sus familias, trabajos, amistades y pasan a ser entes que solo viven para consumir,
no les importa si tienen que prostituirse, robar o matar con tal de seguir consumiendo,
es un mal que muchos quieren liberar pero no son capaces de dar soluciones a quienes
quieren rehabilitarse.