"Hay momentos cuando nada puede darnos paz, salvo la oración. Aunque nos esforcemos por alcanzar la sencillez y el silencio, y por desprendernos de todo lo que nos causa intranquilidad, fuera o dentro de nosotros, aun así es posible que nos quedemos con un vacío por dentro que sólo Dios puede llenar. Y ya que Él no pasa a nuestros corazones si no lo invitamos, tenemos que pedirle que entre."
Ayer cuando estaba compartiendo con mi mamá, me sentía muy angustiada, tenia el pecho apretado, estaba a punto de llorar y no quería que mi mamá se afligiera. Son esos momentos donde los problemas uno los siente muy grandes y difícil de resolver, tengo claro que algunos se irán de a poco pero otros deben tener un proceso más largo porque involucran sentimientos y buscar formas de encausar a un hijo que esta tomando caminos errados.
Mientras hablábamos mi mamá me miraba, de pronto se paro y tomo mis manos, me dijo "quieres rezar, hablar con Dios y pedirle desde el fondo de tú corazón que te ayude, dile lo que te pasa, pídele, él escucha, solo necesita que le demos las gracias cuando ha pasado la tormenta".
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