martes, 8 de noviembre de 2022

El gallinero

Estoy repasando algunos recuerdos de mi niñez, que con la distancia me parecen increíbles, me doy cuenta que la vida no siempre fue fácil pero agradezco lo que mis padres me inculcaron ya que eso me permitió tratar de ser mejor, quizás algunas decisiones que tome no fueron las mejores pero estoy agradecida de lo bueno o lo malo que he vivido. 

Con mis padres y mi hermana menor vivíamos en dos piezas, no teníamos agua ni baño, eramos pobres como la mayoría de los chilenos, mis padres eran luchadores y llevaban años juntando dinero para lograr la casa propia. A veces veía que mi mama se levantaba de madrugada a buscar agua para llenar unos tambores cuando le tocaba lavar, teníamos lo básico para  una casa. Las piezas brillaban de limpia, cada cosa en su lugar.

Mi papa siempre estaba buscando una forma de crear recursos fuera de su trabajo, sembrando, criando cerdos, cazando conejos o liebres para alimentarnos. Yo era  super inquieta e intrusa.

Siempre me llamo la atención los elementos que tenia mi papa para salir a cazar, la escopeta la escondían bien para evitar que sucediera una desgracia, pero había un foco que estaba unido a un aparato que tenia azufre que me llamaba la atención, pues tenia mal olor a veces, siempre me decían que no tocara nada pues no era para jugar.

Un día me subí a unos sacos de papas para ver el foco y ese aparato, estuve jugando hasta que abrí una tuerca y salio un olor que era imposible detener,  trate de cerrarlo y fue peor. No sabia que hacer y tenia mucho miedo de lo que me iban a decir mis papas, yo tenia 7 años y estaba muy asustada.

Pues bien el único escondite era el gallinero, había una especie de escalera donde las gallinas a veces se ponían a dormir, me puse al lado de ellas, estuve por horas escondida sin salir de ahí, las gallinas me "cagaron" mi cabeza y mi ropa, mis tripas sonaban de hambre, tenia ganas de ir al baño pero pensaba que me iban a pillar y castigar, nada solo aguantar. Escuchaba a lo lejos como me buscaban, estaba oscuro y yo muy asustada, a mi papa se le ocurrió ir al gallinero en un principio no me vio, pero luego ilumino bien con la linterna y me descubrió, no podía caminar pues tenia adormecido las piernas y me caí.

Al pasar por los sacos de papas no sentí ningún olor, me quede callada mientras ellos me preguntaban porque estaba escondida, que les iba a decir la maldad que había hecho, total igual me castigaron.

Y ustedes recuerdan que "maldad" cometieron cuando niños....



3 comentarios:

DUlCE dijo...

No he podido evitar una sonrisa al leerte :) La ingenuidad de los niños, y ya ves, al final hubo castigo igual, mejor hubiera sido no esconderse. Todos hacemos "maldades" cuando somos niños. La mía fue parecida, algo sin querer, había una vitrina en casa donde estaba la cristalería, y por querer sacar algo de la parte superior, me subí a una silla y luego sobre la vitrina la que cayó sobre mí con vidrios y todo, todos preocupados de mí y de pronto emergí desde abajo sin un rasguño, claro que muchos vasos, copas y demás, se quebraron. No se lo cuentes a nadie :)

Besos dulces y no hagas maldades.

Vivian Angélica dijo...

Vaya, que dolorosa fue esa caída, me llego a doler.
Creo que todos tenemos mas de alguna travesura en nuestras espaldas, si hasta mi mamá antes de morir me contó alguna de las suyas.
Sabes yo he sido una niña hiperactiva, siempre haciendo maldades, con el tiempo me puse tímida e introvertida, mis padres tenían miedo que me fuera por el mal camino y me tenían restringida, no se si fue bueno pero es lo que me
toco y no tengo traumas.
A veces me pongo a recordar mis tonteras y me rio a carcajadas, pues me transporto a esos tiempos.

Un afectuoso saludo a la distancia :)

DUlCE dijo...

Ya no recuerdo si me dolió o no :) creo que más le dolió a mi madre perder parte de sus vasos y copas :) Las travesuras son parte de la niñez, hay que vivirla de esa forma. Y no siempre los padres toman las mejores decisiones, son humanos finalmente. Lo mejor es eso, recordar y reir.

Un beso dulce que te haga sonreír.