domingo, 20 de noviembre de 2022

La casa de mis padres



Mis padres durante 12 años estuvieron juntando dinero para el pie de su casa,  mi papa se las ingeniaba haciendo negocios fuera de su trabajo, sembrado y cosechando papas, choclos, tomates, etc., otras veces criando cerdos para luego venderlos, haciendo ladrillos, cocinerias o cualquier otra cosa que les permitiera juntar dinero, mi madre era la que lo guardaba y era un verdadero banco.
En abril de 1972 llegamos a nuestra casa, yo tenia 10 años, todo fue gracias al ingenio y a un milagro para que el grupo lograra obtener las casas, incluso tuvieron que cuidarlas de noches y de día, pues el país estaba muy convulsionado, algunos se creían con derecho a tomarse las casas sin mayor sacrificio.
Al ingresar a la casa mis padres lloraron de alegría, cada uno tenia su historia, sus carencias y sus sueños.
A mediados de los 80 se les dio la posibilidad de pagar la casa, debían tener una cantidad de dinero que no lo tenían, pero siempre ocurren milagros, un padrino de matrimonio de mis padres y un amigo de mi papa les prestaron el dinero sin ninguna condición, yo aun no estaba contratada y no les pude ayudar.
Mi papa siempre me decía esta casa es para ustedes dos cuando nosotros no estemos, eso me molestaba pues el sacrificio fue de ellos, pero al final lo comprendí.
Mi madre se aferraba a su casa antes de morir, era tanto el amor que tenia por ella, por sus plantas, por su historia de vida, por los sacrificio que tuvo que realizar, cada día la recorría mirando cada rincón con pena y satisfacción.
Desde que murió mi madre la he estado cuidando para que no la roben o se la tomen, hay días que me siento atrapada en ella, solo deseo regresar a mi casa. Ahora se debe vender y eso me provoca sentimientos encontrados, quizás sea tonto tener esta sensación de final, pues los recuerdos sean estos buenos o malos se irán conmigo a donde quiera que vaya.



2 comentarios:

DUlCE dijo...

Un hogar familiar guarda muchos sentimientos, recuerdos, vivencias, no es extraño sentir cariño, aunque sea solo un espacio físico y un bien material. Y como dices, en esos años todo era complicado, casi por la misma época mis padres obtuvieron su casa, donde crecí.

Besos dulces y dulce semana Vivian.

Vivian Angélica dijo...

Hola, es bien raro tener estos sentimientos de perdida, yo hace años que no vivía acá pues tenia mi casa, pero volver por la pandemia a cuidar a mi mama
y vivir nuevamente en ella remeció mis sentimientos por ella.
El proceso es tan complejo y largo para poder venderla, que a veces me siento
muy deprimida pues no me permite vivir el duelo como corresponde, debo ir a
vivir a mi casa y volver a compartir con mi familia-
Espero que Dios y mis padres ayuden en la pronta venta.

Saludos y que tengas una buena semana, cariños