Para pensar ... Coronavirus

Con la llegada de la pandemia estamos perdiendo no solo la vida y la salud, sino que la posibilidad de darnos un abrazo, un beso en la mejilla de hombres y mujeres, de darnos la mano, de acariciar a nuestros nietos y abuelos. Cuando era niña no era común que la gente fuera cariñosa los saludos eran formales, creo que volveremos a esa fría normalidad.

Ha sido duro ir día a día escuchando las cifras, de muertos, contagiados, recuperados, lugares en cuarentena, quienes no la cumplen y no ven la responsabilidad que eso conlleva, al caminar ya no nos miramos y nos alejamos del que viene de frente, que angustiante es cumplir con la distancia entre nosotros al ir a comprar.

No sabemos hasta cuando tendremos este virus dando vuelta por el mundo, tenemos las esperanzas puestas en aquellos profesionales que contra el tiempo están tratando de encontrar la vacuna.

Lo que nos sucede es un frenazo al tipo de vida que hemos tenido hasta el momento. Este virus nos muestra la fragilidad de nuestras vidas, como de un minuto a otro todo cambia, no tenemos claro como nació este virus, creo que es necesario que se investigue y aclare para evitar que esto vuelva a suceder.

Hemos vivido tan de prisa que a veces olvidamos detenernos para disfrutar los detalles de la vida, es muy importante caminar lento, para disfrutar de las grandes y pequeñas maravillas que tenemos a nuestro entorno, con las prisas de nuestras vidas nos perdemos la mitad de las cosas que realmente son importantes. Pensamos que los hijos nunca van a acrecer o nuestros padres nunca van a morir, pero vivimos tan afanados por el mañana que se nos olvidan los minutos de hoy.